miércoles, 21 de enero de 2015

El barrio japonés

Hay una zona repartida entre los distritos I, II y IX en la que parece que no estemos en pleno centro de París. Se trata del barrio japonés o Little Tokio cuyo centro neurálgico son las calles Sainte-Anne y Petits Champs. Ya os comenté que es un lugar lleno de restaurantes auténticos japoneses pero también hay tiendas de todo tipo, desde joyerías hasta ultramarinos pasando por librerías o inmobiliarias. Los japoneses son grandes enamorados de París y la visitan como turistas desde hace décadas pero en los últimos tiempos, además, muchos se han afincado en la capital francesa o han comprado carísimos apartamentos en las mejores zonas para tener una segunda residencia en Europa. Con lo baja que está la cotización del euro y lo alto que está el yen, los millonarios japoneses pueden hacer sus compras en las tiendas de lujo parisinas gastando menos dinero del que gastarían en su propio país. Tal es la cantidad de ciudadanos nipones presentes en París y tan importantes son como clientes que las firmas de moda y los grandes almacenes más prestigiosos (Printemps y Lafayette, principalmente) contratan personal japonés para atender a sus clientes. Por supuesto en Little Tokio, la mayoría de los empleados de los restaurantes y tiendas también son japoneses pero es que, además, hay oficinas de banca, inmobiliarias, consultorías y hasta agencias de viajes dirigidas por y para este público. Como nota curiosa, hay que decir que también hay unos cuantos negocios coreanos, sobre todo restaurantes, que se han colado en esta otra isla japonesa que no se encuentra en el Pacífico sino a orillas del Sena.

Pero no todo son ventajas para los turistas del país del Sol Naciente. La creciente inseguridad ciudadana, los robos de que son víctimas en la vía pública y otras incomodidades que sufren han dado nombre a una nueva alteración psicológica llamada Síndrome de París. No se trata sólo de la lejanía del hogar o de encontrarse fuera de su entorno o de su rutina o de una simple desilusión sino de un trastorno más complejo. En cualquier caso, éste es un barrio fantástico en el que también los que no somos japoneses vamos a disfrutar un montón. Además de encontrar deliciosos restaurantes y originales productos asiáticos en sus comercios, la amabilidad nipona con la que los camareros y dependientes os van a tratar, os hará sentir de maravilla.

Si sois aficionados a la literatura clásica japonesa como yo, éste es vuestro sitio. También la recomiendo para amantes del manga y el anime: su colección de juegos, libros y accesorios es espectacular.

Inmobiliaria japonesa

Elegante restaurante junto a la place Vendôme

Si vuestro presupuesto es más limitado, podéis tomar un bento. La bandeja japonesa que tiene de todo.

También hay un hueco para los restaurantes coreanos. Yo todavía no he probado ninguno pero espero hacerlo pronto.

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